El Hércules de Alicante hace oficial la destitución de su entrenador Lluís
Planagumà, primer entrenador que dura una temporada entera en esta etapa de
Segunda B, tras un mal inicio en el que tras 4 jornadas no se ha cosechado
ninguna victoria, y además se ha encadenado 3 derrotas consecutivas, quedando
así con 1 punto y en los puestos de descenso, algo inadmisible para el club.
No sabremos si iba a ser capaz de revertir esta situación, no sabremos
nunca si habría sido mejor prescindir de él después de la final contra la
Ponferradina, pero lo que es cierto es que la oportunidad se la merecía, lo
pudo hacer mejor o peor, pero se la merecía. Oportunidad que venía cargada de
un peso emocional por no conseguir el ansiado ascenso, cargada por una
confianza que no era absoluta por parte de Portillo, y cargada a su vez por una
desconfianza por parte de cierto sector de la afición y quién sabe si de su
plantilla, y esto hace evidente que Lluís Planagumà debía dimitir, eso y por
los resultados de la campaña actual, que no acompañaban.
Lo que sí se sabe es que Planagumà dio resultados, dio victorias, dio seguridad
de que el Hércules iba a ser un muy serio candidato al ascenso, y eso, después
de dos años nefastos en los que no se llegó ni a los puestos de playoff es para
agradecer. Nos devolvió la ilusión a todos, a los 5000 que vamos siempre al
estadio y a los que no, porque no olvidemos tampoco que nos unió a todos, había
unión entre entrenador, plantilla y afición, porque nos supimos reponer a la
mala racha de diciembre, a la temporada pasada y porque lo único en lo que no
se pudo reponer fue de la final, la más importante.
Y por ello hay que darle las gracias a Lluís Planagumà por la temporada
anterior, gracias por todo, lo bueno y lo malo, de lo que hay que aprender.
Gracias y mucha suerte Lluís Planagumà.
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@cfhercules |
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